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El alineamiento en el yoga

Alinear, conectar, recordar, sanar, retomar, volver, practicar, reconciliar, respirar, enraizar, expandir, fortalecer, comprender, sentir, percibir, penetrar, explorar, mover, ajustar, presenciar, experimentar, contraer, observar, repetir…

Hora de practicar, saco el tapete, lo extiendo revisando que quede derecho y ajustado a las lineas del piso de madera del cuarto. Tengo la pereza común del “antes de”, sin embargo me empujo a hacerlo, ya conozco la delicia del “después de”. Me siento en el, piernas cruzadas, cierro los ojos, observo como todo se pone negro, por primera vez en el día conecto con mi cuerpo y las sensaciones internas. Me preparo para moverme y entregarme a este espacio sagrado de reflexión, de acceso a la sabiduría que en mi habita, y de silencio para escucharme más profunda y honestamente.

El hatha yoga desencadena lo que para mi es meditación en movimiento. Traigo toda la consciencia a mi respiración y sus efectos en mis músculos. Postura a postura me entrego a la experiencia, sosteniendo las acciones ideales para procurar una mayor apertura y expansión de prana. Recuerdo las líneas sagradas para organizar mi cuerpo alrededor de la geometría sagrada, lo que me lleva a un estado de consciencia elevado y especial. Mientras respiro son decenas de acciones en las que me concentro para alinearme según las enseñanzas de los maestros. Todo el proceso cobra sentido gracias a la sabiduría transmitida. Termino y veo mi día de manera distinta, como si el ritmo cambiara, y mi cuerpo agradece con su vitalidad la disciplina de las formas y los años de práctica.



Recuerdo que antes de conocer los principios de alineamiento y la geometría sagrada, me forzaba por alcanzar posturas sin saber qué hacía, me ocasioné varias lesiones, entre ellas me lastimé las dos rodillas y desarrolle una hernia lumbar. Cuando empecé a estudiar y explorar en mi cuerpo los principios de alineamiento, mi práctica cambió exponencialmente, conecte con el flow, y aprendí a cuidarme y trabajar en mis límites, además, fue como si toda mi vida se organizara a la par de mi práctica.

Entendí que el movimiento del cuerpo físico hecho de forma consciente, ocasiona a su vez movimiento en la fuerza vital que nos acerca a nuestro destino. Comprendí que puedo impregnar de propósito e intención este templo que abraza mi alma, y que a través de él es posible causar y manifestar mis sueños y anhelos. Conocí mi poder, mi fuerza y también mi flexibilidad. Aprendí con él, a cultivar en mí las cualidades que necesito para crecer. La relación que tengo hoy conmigo misma es una de colaboración, amor propio e instinto.

Las lesiones sanan usando los principios de alineamiento, la práctica se hace libre y deliciosa, el movimiento cobra sentido. Mis rodillas no volvieron a molestar, llevo una hernia lumbar asintomática. Aprendí a moverme en unísono con el universo, aprendí a dejar de lastimarme por llegar a una postura perfecta. Si el camino es más largo, y también mucho más provechoso y amable.

Te invito a aprender lo que ya existe, a adentrarte a la geometría sagrada a través del correcto posicionamiento físico de tu cuerpo en el espacio. Te animo a dar el siguiente paso en tu práctica de yoga. Como consecuencia entenderás los pasos que te lleven a vivir la vida libre y feliz que siempre has soñado. Bienvenido, el tiempo es ahora.

Dora M.


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